-Así lo señalaron las alumnas Gabriela Valenzuela y María José Bravo, coordinadoras de la Clínica que dirige el profesor Mario Morales.

Con caras sonrientes. Así clausuró la Clínica de Microempresas que dirige el profesor Mario Morales y que por segundo año culmina un semestre en el cual alumnos y empresarios apoyaron al desarrollo de microempresarios.

Las alumnas Gabriela Valenzuela y María José Bravo, coordinadoras de la Clínica, efectuaron ayer la ceremonia de clausura y graduación de ocho microempresarios que durante cuatro meses recibieron apoyo teórico y práctico de parte de alumnos de la Facultad, además de empresarios voluntarios de la Corporación Simón de Cirene. Esta última, apoyó la Clínica con profesionales que a través de diversas charlas entregaron su experiencia y visión de negocios.

La Clínica de Microempresas se realizó este semestre con el apoyo de empresarios activos, lo cual entregó un valor agregado a las clases que entregan los estudiantes de la cátedra, quienesentregaron un informe de cada microempresa analizada, con sus proyecciones, potencial de crecimiento, y soluciones. A su vez, los microempresarios recibieron un certificado de aprobación del curso.

Al respecto, María José Bravo señaló que los resultados de la Clínica nos hace darnos cuenta que el curso genera un impacto importante porque no sólo les da a los microempresarios una ayuda de desarrollo personal y profesional, sino que también los hace ver que en sus manos tienen una oportunidad de negocios con potencialidad futura. Los hace creerse el cuento de ser empresarios, señaló.

A la ceremonia de clausura asistió también Verónica Ruiz Tagle, de la Corporación Simón de Cirene.